martes, 26 de abril de 2016

Sudor de otoño que es como la magdalena de Proust

Este olor a chivo
que sudo en tu remera
que inunda tu buzo
este olor a chivo
este olor humano

me recuerda

el límite que ponías a mi nariz,
que no podía acercase 
ni remotamente 
a tu axilas
el límite que ponías a mis dedos,
a mi lengua,
que no podían figurar 
ni remotamente 
en tus negadas

tres 
veces 
negadas

cartografías anales

me recuerda
también
ese día final en el que dijiste
que no podíamos siquiera tener un hijo
que te daba miedo tener un hijo 

conmigo

por que yo - dijiste - no quiero ser normal
y entonces no podríamos criarlo
sería un conflicto

un conflicto
ideológico

- dijiste.

te daba miedo
- pienso -
tener un hijo libre
un hijo que haga preguntas
un hijo al que no le de asco que en sus sábanas duerma 

un gato
o dos

un hijo que quiera no lavarse los dientes un día
que odie a la policía
y los asados
y quiera una casa de barro
y hacer tela los domingos en una plaza
- como esa gente que a vos te interpelaba tanto -
y pintarse las uñas
o la boca
y cartografiar su cuerpo de otras posibles maneras
y cartografiar sus amores de otras posibles maneras
y sus alianzas político-afectivas
y sexo-afectivas
y mostri-afectivas
y mutante-afectivas
un hijo que sepa conectar 
la a con la f con la e con la c con la t con la o con la s
y que instale en el campo semántico de esas siete letras
su modo de habitar
este mundo

y otros mundos
  
Te daba miedo la vida inmensa
tan inmensa sobresaliendo 
por todos los costados 
y todas las axilas 
y todos los anos
de
tu
pequeñísimo
marco

Qué bien que me fui de vos

No hay comentarios:

Publicar un comentario