miércoles, 29 de enero de 2014

Girondo

al final - o desde el principio -
todo siguió igual
escorpio
alemán
los gatos
los mosquitos
el olor del raid
mi vida sexual sin vos no es una vida sino más exactamente 
una 
larga
extensa
sesión de lectura

la compu encendida
la tele encendida
formando una cruz de ventana a ventana
los mosquitos del aburrimiento
escorpio 
(invisible - o tal vez desde el fondo de un pozo)
los gatos
alemán
los mosquitos 
el raid

todo sigue igual
pero cambiando de manera imperceptible
como cambiaron sin que me diera cuenta los libros que llegaban a mis manos
y que - yo creía - no soltaba nunca
(pero que evidentemente solté en algún punto de ese cambio imperceptible, como placas tectónicas a la deriva imperceptible - imperceptible para quién o quiénes? bueno, para mí)
por ejemplo
Oliverio Girondo
Oliverio
Girondo
en alguna época tu nombre era como una varita mágica
o un secreto 

o una ruta de sinapsis que se soltaba todos los días en algún preciso instante
para después
sin que yo lo note
derivar
empezar a derivar
hasta desaparecer en alguna curvatura imperceptible de esto que llamo mi vida

por ejemplo, esto, que se llama "Por vocación de dado" (una especie de - a falta de una palabra más clara, diré - mantra; eso es, una especie de mantra, donde lo que importa - voy a explicar(me)lo - es el sonido de las palabras y no el contenido; digamos que la referencia queda abolida - ésa es mi búsqueda - y sólo resuena una cosa - ésa es también la búsqueda de mi suabo veneno filosófico. No importa)

[ah... si tan sólo pudiera hacerle yo al lenguaje lo que Oliverio le hace]:

A lo fugaz perpetuo
y sus hipoteseres
a la deriva al vértigo
al sublatir al máximo las reverberalíbido
al desensueño al alba a los cornubios dime sin titilar
     por ímpetu de bumerang de encelo
de gravitante acólito de tanto móvil tránsfuga
     cocoterráqueo efímero
y otros ripios del tránsito
meditaturbio exóvulo
espiritado en Virgo en decúbito en trance en
     aluvión de incógnitas
con más de un muerto huésped rondando la
     infraniebla del dédalo encefálico
junto a precoces ceros esterosentes dime al codeleite
     mudo del mimo mimo mixto
al desmelenar los senos
o al trasvestirme de ola de sótano de ausencia de
     caminos de pájaros que lindan con la infancia
animamantemente me di por dar por tara por
     vocación de dado
por hacer noche solo entre amantes fogatas
     desinhalar lo hueco y encontrarme inhallable
hora tras otra lacra más y más cavernoso
menos volátil paria
más total seudo apoeta con esqueleto topo y 
     suspensivas nueces de apetencias atávicas
al azar dime al gusto a las adultas menguas a las 
     escleropsiquis
al romo tedio al pasmo al exprimir las equis a la 
     veinteava esencia
y degustar los filtros del desencantamiento
o revertir mi arena en clepsidras sexuadas
y sicopar la cópula
me di me doy me he dado donde lleva la sangre
prostitutivamente
por puro pleno pánico de adherir a lo inmóvil
del yacer sin orillas
sin fe sin mí sin pauta sin sosías sin lastre sin 
     máscara de espera
ni levitarme en busca del muy Señor nuestro
     ausente en todo caso y tiempo y modo y sexo y
     verbo que fecundó el vacío
obnubilado
inserto en el dislate cosmos, a todo todo dime
     alirrampantemente
para abusar del aire del sueño de lo vivo y redarme y 
     masdarme
hasta el último dengue
y entorpecer la nada


jueves, 2 de enero de 2014

Nichts ist ohne Grund

la tele es la tristeza.
todos esos programas que resumen el año
partidos de fútbol viejos
cortes de luz
aumento del bondi
"móviles" desde La Feliz
pronóstico del tiempo
"llegó la lluvia y se vino el alivio"
domingo 37º
70.000 turistas llegaron a Punta Lara
familias
niños que empiezan a transitar esta oscura especie
el precio del dólar blue
la vida de hugh hefner
el parte médico de cacho castaña

todo el mundo humano está virando hacia el aburrimiento

me acuerdo cuando no tenía internet ni tele y todo era ver pelis alquiladas
jueves japoneses
todas las películas chinas y todas las de gitanos
y los clásicos
y las raras
y una de bertolucci que veía cada vez que podía y ahora no me acuerdo el nombre

y encontrarme con gente
y estar afuera
y leer

no sé muy bien cómo fui cayendo en la inmovilidad
y en el aislamiento

la moneda cayó por el lado de la soledad