La de Ioshua.
Me lo encuentro como a otres que se fugaron antes de que yo llegue - siempre demasiado tarde.
Abro su libro en la página 76, ese número.
Un pibe que vale la pena - se llama y me apuñala, la tarde de un día de puñales en Tolosa:
Sabe que la birra se toma del pico de la botella,
por Morón y a las 3 de la madrugada.
Un pibe por el que vale la pena jugarse los viajes
Sabe que las rayas se peinan gruesas y que después
de un saque no hay nada más delicioso que
seguirlo con un beso profundo.
Un pibe piola posta
Sabe muy bien que la pija se chupa encerrados
en mi pieza, tomando Gancia, escuchando
Metallica y armando un porro.
Un pibe por el que vale romperse el pecho
Sabe mejor que nadie que
"Te amo, no me dejes nunca" se dice con su
cabeza en mi hombro, sentados en el piso de
un furgón del Sarmiento, volviendo a Merlo
después de un recital de La Renga.
Tontamente, tiernamente, locamente, desesperadamente,
con todo mi cuerpo
amo, yo, esas vidas que no le tienen miedo a nada.
Miedo a nada.
Voy a quedarme callado
para que me escuches mejor.
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