En desmesura siento, sí,
en desmesura
en lindes de locura siento ay sí,
lindes de locura
y del toro embravecido
soy el turbión de sangre
que corre por su tráquea
y salgo al espacio hecho bramido,
soy
bramido del toro, sí
y costillar de mula, sí
y código de hormigas, sí
Y soy temblor de la torcaz
que se oculta en la espesura
y la lagartija ínfima y gris
que acaba de nacer en el desierto
soy yo
y con ojos de cristales verdes
miro en asombro
giro y miro en derredor
el tremendísimo suceso de la vida
giro y miro en derredor
el tremendísimo milagro de la vida
Y salgo de la lagartija y digo
en desmesura siento ay sí,
en desmesura
en lindes de locura siento ay sí,
lindes de locura
y de aquel gavilán
que se mece en las alturas
soy
sus ojos mirando
techos
hombres
y silencio
es que en desmesura siento
me abrazo al árbol
y soy el árbol
me abrazo al hombre
y soy el hombre
el otro
el abrazado.
*En desmesura - Zuahir Jury
martes, 26 de julio de 2016
lunes, 4 de julio de 2016
Nombrar
Crecí
en un sillón de tres cuerpos
en las siestas del verano
de una provincia
en el encierro
de mi género
leyendo
queriendo ser como los poetas malditos
esos,
los que enloquecían frente a la belleza en un molino alemán pensando en héroes de Grecia
esos,
los que ponían su hígado y sus venas y sus tumores
en el altar de la melancolía,
de las ciudades
y de las soledades
esos,
los que buscaban en la bolsa de la furia
un amor conurbano
un amor que se parece a un tren
un domingo
a las siete de la tarde
o a las ocho
esos,
los que viajaban al desierto por la belleza
y cuando al fin lograban sentarla en sus piernas
comprobaban que era horrible
y fea
y carecía de todas esas virtudes que hacen que un poeta
busque
incansablemente
desesperadamente
la muerte.
¿Quién dice que las cosas se llaman así?
¿Quién dice qué es amor y qué no es?
Pero lo que permanece - escribe Hölderlin - lo fundan los poetas.
Vos en tus películas de policía del progresismo:
no lo llamo amor.
Vos en tus películas de lo políticamente correcto:
no lo llamo amor.
Vos y tu atadura triple y cuádruple y quíntuple y sextuple con el pasado:
no lo llamo amor.
Las travas convidándome un chifle de la bolsa ganada con el sudor de sus cuerpos sudamericanos:
yo lo llamo amor.
AMOR, esas cuatro letras fundadas quién sabe por qué poeta maldito.
Amor este frío que me abraza la piel reptiliana
Amor la circunvalación
que circunvalé
tantas veces
buscándote
para no encontrar
más
que
un espejismo
un fantasma
un espectro
un frankenstein hecho con tus miedos
o con lo que sea de tu ontología incógnita.
Sé que mi salida de este mundo
es una
voluntaria.
Que no seré arrebatada,
que me pondré yo misma la bala
la pastilla
el gas
la rueda del tren.
Lo sé hoy.
Poetas malditos.
Siempre quise que me duela como a ellos.
Este órgano imposible que alguien nombra corazón.
*Imagen: Kaethe Bucther
en un sillón de tres cuerpos
en las siestas del verano
de una provincia
en el encierro
de mi género
leyendo
queriendo ser como los poetas malditos
esos,
los que enloquecían frente a la belleza en un molino alemán pensando en héroes de Grecia
esos,
los que ponían su hígado y sus venas y sus tumores
en el altar de la melancolía,
de las ciudades
y de las soledades
esos,
los que buscaban en la bolsa de la furia
un amor conurbano
un amor que se parece a un tren
un domingo
a las siete de la tarde
o a las ocho
esos,
los que viajaban al desierto por la belleza
y cuando al fin lograban sentarla en sus piernas
comprobaban que era horrible
y fea
y carecía de todas esas virtudes que hacen que un poeta
busque
incansablemente
desesperadamente
la muerte.
¿Quién dice que las cosas se llaman así?
¿Quién dice qué es amor y qué no es?
Pero lo que permanece - escribe Hölderlin - lo fundan los poetas.
Vos en tus películas de policía del progresismo:
no lo llamo amor.
Vos en tus películas de lo políticamente correcto:
no lo llamo amor.
Vos y tu atadura triple y cuádruple y quíntuple y sextuple con el pasado:
no lo llamo amor.
Las travas convidándome un chifle de la bolsa ganada con el sudor de sus cuerpos sudamericanos:
yo lo llamo amor.
AMOR, esas cuatro letras fundadas quién sabe por qué poeta maldito.
Amor este frío que me abraza la piel reptiliana
Amor la circunvalación
que circunvalé
tantas veces
buscándote
para no encontrar
más
que
un espejismo
un fantasma
un espectro
un frankenstein hecho con tus miedos
o con lo que sea de tu ontología incógnita.
Sé que mi salida de este mundo
es una
voluntaria.
Que no seré arrebatada,
que me pondré yo misma la bala
la pastilla
el gas
la rueda del tren.
Lo sé hoy.
Poetas malditos.
Siempre quise que me duela como a ellos.
Este órgano imposible que alguien nombra corazón.
*Imagen: Kaethe Bucther
Viento
...es que yo no puedo manterme firme
en el viento
de
tu deseo
me lleva puesta,
me arranca de raíz,
me vuela
como una tormenta
terrible
vámonos de aquí.
https://www.youtube.com/watch?v=Sfnp51zlgcc
en el viento
de
tu deseo
me lleva puesta,
me arranca de raíz,
me vuela
como una tormenta
terrible
vámonos de aquí.
https://www.youtube.com/watch?v=Sfnp51zlgcc
Suscribirse a:
Entradas (Atom)